Hoy, los avances tecnológicos se dan prácticamente a diario y el mundo no deja de sorprenderse con muchos de ellos, pues nos hacen ver que el mundo entero cabe en una sola de nuestras manos, o en bolsillo, si lo quieren ver así.
Desde el más pequeño y poderoso chip hasta las grandes estaciones espaciales, los descubrimientos de la física o el largo recorrido de la nave Curiosity que nos reporta permanentemente desde Marte, el mundo actual viaja a velocidades vertiginosas y, hay que decirlo, en su mayoría disfruta de tantos adelantos que traen progreso social o comodidad personal.
Pero hubo un tiempo, que curiosamente no está tan lejano como pareciera, en el que las cosas ocurrían a velocidades prácticamente imperceptibles y la tecnología no superaba algunos grandes, pesados y lentos mecanismos, en un mundo en el que nada, o casi nada, era virtual y los más elementales oficios había que hacerlos con la fuerza física de las personas.
Esos curiosos oficios que existieron en la reciente historia de la humanidad y hoy han sido muchas veces superados por la tecnología presente, son hoy los protagonistas de nuestra página, a título informativo para nuestros lectores más jóvenes y como un homenaje a quienes en esas épocas de finales del siglo XIX hasta mediados del XX, desempeñaron trabajos hoy impensables para la mayoría de nosotros.
Los acomodadores de pines
Los pines o boliches en las canchas de bolo americano se levantaban y organizaban con niños que eran dirigidos por una persona mayor. Hoy, la función la cumplen sofisticados equipos computarizados o, cuando menos, electrónicos.
Acomodadores de pines. Imagen tomada de: Vanguardia.com |
El despertador
Lo que está haciendo el hombre de la foto es despertar a quien duerme tras esa ventana, golpeándola con esa vara. En tiempos en los que no se había desarrollado la mínima tecnología mecánica de programar un reloj despertador, este era el sistema que en algunos países se inventaron para solucionar el problema. Hoy se puede programar un despertador prácticamente desde cualquier dispositivo móvil.
Despertador. Imagen tomada de: Vanguardia.com |
Cortadores de hielo
Lo que hoy hacen barcos o vehículos con grandes cuchillas, en otros tiempos lo hacían cuadrillas de hombres con serruchos que salían en las bajas temperaturas a cortar los bloques de hielo y darles cualquiera de los usos que eran requeridos.
Cortadores de hielo. Imagen tomada de: Vanguardia.com |
El radar
A este hombre que ven en la foto le encomendaban la gran responsabilidad de oír con la mayor anticipación posible los motores de los aviones enemigos en la guerra, de manera que se diera aviso oportuno sobre un ataque en curso.
El radar. Imagen tomada de: Vanguardia.com |
El iluminador
Hoy tenemos inmensas redes de electricidad pública que cubren centenares de kilómetros de tendido en ciudades con millones de habitantes, pero hubo un tiempo en el que la electricidad no había avanzado hacia un uso masivo, lo que solo ocurrió hacia finales del siglo XIX. En esos tiempos existían faroles que eran encendidos a mano cuando la luz del día comenzaba a desaparecer.
El iluminador. Imagen tomada de: Vanguardia.com |
Las operadoras
Hoy tenemos una buena cantidad de formas de comunicación a distancia, pero luego de que a mediados del siglo XIX se comenzara a desarrollar la telefonía, llegó un momento en el que tal tecnología solo era posible a través de las conexiones que manualmente debían hacer estas mujeres a las que se les llamaba operadoras.
Operadoras. Imagen tomada de: Vanguardia.com |
Los lectores
Aunque parezca sacado de una obra teatral y no de la realidad, hubo un tiempo en el que a los trabajadores que debían hacer labores manuales repetitivas, se les asignaba un lector que era una persona que, para hacer mayor su productividad, les repasaba las noticias de los diarios o algunos cuentos cortos y entretenidos. Después vino la radio y todas las formas actuales en que esta se expresa.
Los lectores. Imagen tomada de: Vanguardia.com |
Tomado de: Vanguardia.com
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